La alta incidencia de las dolencias o afecciones cardiovasculares en los transportistas debería reflejarse en las políticas de salud y prevención laboral. A finales de mayo fallecieron dos transportistas en Irura y Zamudio, el mismo día, en circunstancias similares, en la cabina de su vehículo de trabajo. El pasado lunes conocimos un nuevo caso en Lanbarren. Un transportista aparecio muerto en la cabina de su camión. La tensión y estrés acumulado generan problemas cardiovasculares. En definitiva, crecen los fallecidos repentinamente como consecuencia de largas jornadas de trabajo, prisas y presiones de las empresas.
ELA, LAB, ESK, STEILAS, Hiru y ENHE han vuelto a concentrarse para denunciar el accidente laboral de un transportista, en el polígono de Lanbarren en Oiartzun, hoy a las 12.00 del mediodía junto con la pancarta que denuncia que “la precariedad mata, no más accidentes laborales”. En este caso el del transportista fallecido en la madrugada del lunes, probablemente debido a un infarto.
Los sindicatos denuncian reiteradamente que la Administración trata de reducir las estadísticas de los accidentes laborales de los transportistas considerando los fallecimientos como muerte natural o siniestros de carretera. Este tipo de desgracias son, sin duda, en opinión de los sindicatos accidentes laborales, la mayor parte, consecuencia de las precarias condiciones laborales.
La tensión y estrés acumulado generan problemas cardiovasculares. La alta incidencia de estas dolencias o afecciones en los transportistas debería reflejarse en las políticas de salud y prevención laboral.
