Con la reivindicación de «Cuidar la salud de los trabajadores forestales. Cambiar el modelo de explotación”, los sindicatos EHNE-Etxalde, Hiru, LAB, ESK y STEILAS se han concentrado ante la Diputación Foral en la plaza de Gipuzkoa de Donostia para denunciar las altas tasas de mortalidad de los últimos años en el sector forestal y para exigir una mejora de las condiciones de estos trabajadores. «En este sector se producen entre 10 y 15 veces más accidentes mortales que en la construcción por número de trabajadores, ya que no superan el millar en todo Euskal Herria «.
Los sindicatos han denunciado que la precariedad del sector es una de las principales causas de estas muertes; como ejemplo, se puede citar que hasta 2018 había muy pocos trabajadores dados de alta en las condiciones que les correspondían y que el número se incrementó considerablemente gracias a una campaña de inspección. Esto no quiere decir que el número de trabajadores aumentara, sino que muchos de los trabajadores fueron dados de alta en ese momento.
El modelo extendido en los últimos años, la silvicultura intensiva, ha incrementado considerablemente los riesgos la propia actividad ya adolecía. La estadística es dramática, en los últimos tres años han muerto 9 trabajadores en el sector, 8 de ellos en explotaciones intensivas.
La compleja viabilidad económica se ha traducido en ritmos de trabajo muy altos, largas jornadas laborales de 12 horas diarias, muchas veces incluso los sábados, así como en el uso de maquinaria vieja e inapropiada para algunas laderas escarpadas. Las medidas preventivas no se aplican y no hay medios ni para formación ni para prevención, los trabajadores trabajan en solitario, la falta de formación es evidente y, en general, no se respeta la normativa laboral. En consecuencia, la siniestralidad es muy alta.
Por eso los sindicatos reclaman a la Diputación Foral de Gipuzkoa y a las Juntas Generales que cambien el modelo y normativas forestales. Defienden la biodiversidad y la viabilidad económica sostenible, y al mismo tiempo, rechazan el modelo intensivo, para preservar la salud laboral y las condiciones de los trabajadores del sector
Proponen una serie de medidas concretas. Por un lado, que la ocupación de los espacios dependa de las necesidades alimentarias de la sociedad, y que los terrenos con menos pendiente (menos del 30%) se utilicen para la producción alimentaria. Prohibir la silvicultura intensiva en terrenos públicos, con el consiguiente abandono de las grandes talas y matarrasas.
Controlar la prevención por parte del departamento, así como los horarios y que la Diputación se coordine con Osalan, para formar a los guardas forestales.