La Diputación de Gipuzkoa nos avisó ayer de que prohibirá el paso de camiones por la N-I entre Beasain y Andoain, de 8 de la mañana a 8 de la noche, desde el 8 al 23 de agosto. Somos conscientes de la necesidad de ejecutar obras en la calzada, pero una vez más nos da la espalda: a menos de una semana del cierre nos dejan sin margen de maniobra: ¿cómo vamos a reorganizar las rutas? ¿De qué manera vamos a poder seguir trabajando en estas circunstancias? ¿Por qué no ha contado con nosotros a la hora de tomar una decisión que nos afecta de manera directa? Por la razón de siempre: les damos igual. Un sector estratégico que ha seguido funcionando en condiciones muchas veces muy precarias durante los últimos meses se ve una vez más ninguneado.
El bypass que la Diputación planea establecer desde Beasain a Andoain nos hace desviarnos teniendo que hacer, en muchos casos, el doble de kilómetros y tardando el doble de tiempo. Esto supone un evidente sobrecoste económico pero también un coste temporal. Los tiempos de conducción y descanso están regulados por ley, ¿dónde vamos a parar? ¿Dónde están las áreas de descanso que desde hace años reclamamos en la Ap-8 y en la Ap-1? Deciden desviarnos pero no tienen en cuenta las necesidades básicas del sector.
Pero no sólo no han tenido en cuenta a los transportistas. ¿Qué pasa con las empresas que verán sus suministros retrasados o bloqueados tras el esfuerzo que están realizando después del parón del Covid? La Diputación de Gipuzkoa va por libre, no tiene en cuenta a nadie.
Teniendo en cuenta todas estas circunstancias, exigimos a la Diputación de Gipuzkoa que atienda las reclamaciones de los transportistas, que revise una decisión de semejante calado, que nos tome en cuenta antes de tomar medidas de este calibre que afectan a muchos trabajadores y que, de una vez, sea consciente de la importancia de un sector como el transporte de mercancías por carretera.
