Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com

Los sindicatos se concentran en Imarkoain para recordar al último transportista fallecido y denunciar la alta siniestralidad laboral

Representantes de los sindicatos Hiru, LAB, CGT-LKN, Steilas, ESK y EHNE se han concentrado hoy por la mañana en la Ciudad del Transporte de Imarkoain, ante la asociación de empresas de transporte de Nafarroa ANET, bajo el lema “No más accidentes laborales; la precariedad mata” para denunciar la alta siniestralidad laboral en las carreteras navarras y recordar al transportista navarro fallecido este lunes en Ejea de los Caballeros (Zaragoza). En lo que va de año ya han fallecido 9 trabajadores navarros en accidente laboral, en el trabajo o de camino al trabajo, y 7 de esas muertes han tenido que ver con la carretera.

El año 2024 está siendo especialmente trágico en Euskal Herria en cuanto a accidentes mortales en la carretera. Ya han fallecido 23 trabajadores, y 8 de ellos eran transportistas. La trágica media de transportistas fallecidos suele ser de uno al mes. Pero este año casi van dos al mes.

Los sindicatos LAB, CGT-LKN, STEILAS, ESK, Hiru y EHNE vienen denunciando reiteradamente que las condiciones laborales precarias están detrás de estos siniestros. Por una parte está el incumplimiento por parte de la patronal de las normativas de prevención de riesgos laborales: ya que priorizan sus ganancias y beneficios por encima de la vida y la salud de los trabajadores. Por otra parte está la dejadez de la Administración que no adopta medidas ni pone los recursos necesarios para que las empresas cumplan esas normas de prevención: no hay inspectores suficientes y no se sancionan las infracciones.

Navarra ya tiene de por sí una alta tasa de siniestralidad laboral ‒solo superada en el Estado español por las Islas Baleares‒. Pero es que además está batiendo récords negativos en cuanto a accidentes mortales relacionados con la carretera. En 2024, de los nueve trabajadores navarros fallecidos, la muerte de siete de ellos ha tenido que ver con la carretera. El sindicato de transportistas Hiru, junto con LAB, CGT, STEILAS, ESK y EHNE-Etxalde, ya advirtió en rueda de prensa el 23 de enero del aumento de accidentes de trabajo en las carreteras navarras. 

El 25 de abril hicieron también una protesta espectacular en la Plaza del Castillo simulando un accidente de tráfico. En ambas ocasiones exigieron a las autoridades navarras que «tomen medidas inmediatas para reducir el elevado número de desplazamientos» permitiendo el trabajo desde casa, activando planes de movilidad en las empresas y optimizando el estado de las carreteras y el transporte público navarro.

Las muertes que se dan en el sector de transportes, especialmente en el de mercancías, están directamente relacionadas con las precarias condiciones laborales del sector. Un sector con una alta flexibilidad y con unos ritmos de trabajo excesivos que entre otras cosas provoca jornadas laborales de hasta 11 horas diarias, quedando muy por encima de las jornadas anuales pactadas por convenio. Un convenio, por cierto, congelado desde 2008, al igual que el salario.

Cabe destacar también la elevada edad de los transportistas fallecidos. Casi todos tenían más de 50 años, y la mayoría estaban cerca de los 60. El 17 de enero murió un transportista de 59 años en Kadreita; el 14 de abril otro, navarro de 59, en Lleida; el 22 de abril, otro con 58 años, en Arre; y el último, también navarro de 51 años, en Ejea. Todos ellos eran mayores de 50 años. De ahí la reclamación histórica del sindicato Hiru para que la Administración reconozca la jubilación anticipada de los trasportistas y, asimismo, tenga en cuenta el número de afecciones cardiovasculares en el sector a la hora de fijar los planes de prevención de riesgos laborales.

El sector envejece, no hay relevo, los jóvenes no se inician en el transporte porque las condiciones laborales no son dignas. Y ello pone en peligro la seguridad de los transportistas y demás usuarios de la carretera, ya que, a partir de cierta edad, hay más riesgo de perder el conocimiento y de sufrir un infarto o un accidente.