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Malestar de los transportistas de Hiru con los responsables de infraestructuras de la Diputación de Gipuzkoa

No es nuevo el malestar y desasosiego de los transportistas autónomos de Hiru con los responsables de la Diputación de Gipuzkoa, que desde el año 2018 los castigan con el peaje de la A15 y N1, no ha devuelto las cantidades cobradas irregularmente y les ha obligado a recurrir a los tribunales. Ahora, de nuevo, han mostrado su malestar porque una vez más la Diputación ha ninguneado a los transportistas que se han enterado por los medios de comunicación de los perjuicios que sufrirán como consecuencia de las obras que abordará en Loiola y Andoain para rehabilitar sendos viaductos: durante todo el mes de agosto los camiones tendrán restringida la circulación desde las 6.00 de la mañana hasta las 22.00 de la noche en el citado tramo de Andoain. Los transportistas de Hiru no entienden que los representantes del Departamento no les hayan comunicado oficialmente sus proyectos y tampoco entienden que se les obligue a trabajar de noche, cuando la mayoría de las empresas de Gipuzkoa funcionan de 8.00 a 16.00. 

Cabe destacar que desde febrero los camiones no pueden circular por la variante de Donostia. Concretamente desde el día 22 de febrero los camiones pesados de más de 15 toneladas tienen prohibida la circulación en ambos sentidos por la Gi20 a la altura de Loiola con motivo de los trabajos de inspección de los citados viaductos sobre el rio Urumea que se ubican en la zona. Esta decisión ya produjo la preocupación y el malestar de los transportistas. 

El jueves día 20 de julio la Diputación anunció las obras de rehabilitación de los viaductos de Riveras de Loiola y de Andoain, cuyo cuyo presupuesto conjunto supera los seis millones de euros. De momento, desde el 1 de agosto los transportistas no podrán circular en el tramop de Andoain durante el día, de 6.00 de la mañana a 22.00 de la noche. Los transportistas opinan que sería más normal que los trabajos de reforma se realizarán en horario nocturno y los transportistas pudieran dar servicio a las empresas y trabajar de día como la mayoría de las industrias del territorio. Además no se sabe el tiempo que durará la restricción. La responsable de Infraestructuras Viarias, María Ubarretxena, anunció que durante seis meses se procederá a apuntalar el puente de Loiola que se levantó en 1972 y que la rehabilitación integral se abordará más adelante, “en un plazo de cuatro años”.  

El transportista Kepa Otxoa ha denunciado en redes sociales el desprecio de los responsables de la Diputación hacia los profesionales del sector. Señala que le gustaría decir “algo más positivo pero gracias de nuevo a la dirección de la Diputación de Gipuzkoa, tengo que hablar de la nueva agresión y desprecio hacia los transportistas en general pero en especial a los guipuzcoanos. En su opinión con la “excusa” de las obras de la N1, “nuevamente nos obliga a trabajar durante el mes de agosto por las noches. Nos hacéis pagar peajes (me gustaría saber cuanto pagamos los de Gipuzkoa y cuanto el resto de Europa), para luego hacernos trabajar de noche, descansar de día y en agosto”. 

El transportista cree que sería más razonable lo contrario. “Porque no le dais la vuelta y trabajáis vosotros de noche; hoy con los focos y grupos electrógenos potentes existentes no sería difícil, pero elegís qué se sacrifique el transportista”. 

Denuncia también que las restricciones y las sanciones correspondientes se limitan a los transportistas locales, no a los que cruzan el territorio. “No tuvisteis ni la poca vergüenza de consultar qué tal fue la vez anterior. De día funcionaba todo el transporte nacional e internacional, de noche los guipuzcoanos, lo podéis comprobar con vuestras grabaciones. Hoy tenemos la GI20 limitada, no se sabe hasta cuándo; más de lo mismo: nosotros nos desviamos pero el resto sigue circulando por ella”. Esta molesto porque la prohibición les provoca “encerronas”, “si no es en Andoain, en Martutene o en Garbera”, en referencia a las caravanas que se producen como consecuencia de la desviación y termina con ironía “muchas gracias Diputación. Siempre me he sentido un orgulloso guipuzcoano, hoy no puedo decir lo mismo”.