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Protesta sindical en Iruña para denunciar el accidente mortal de un transportista

Los sindicatos LAB, ESK, STEEILAS, CGT-LKN, EHNE e HIRU se han concentrado el viernes 21 de julio ante la Dirección de Transportes de Nafarroa a las 11.00 de la mañana para recordar y homenajear al transportista fallecido el martes y denunciar, al mismo tiempo, que este tipo de siniestros se deben en la mayoría de los casos a las pésimas y precarias condiciones laborales de los transportistas. 

El fallecido el martes por la tarde en Murillo en Cuende tenía 56 años. El sector envejece, en general, no hay relevo; los jóvenes no se incorporan al transporte porque las condiciones laborales no son nada buena. Esta realidad es muy peligrosa, tanto para los propios transportistas como para todos los demás usuarios de la carretera. A partir de cierta edad aumentan los accidentes y problemas cardiacos. Por eso Hiru pide que los transportistas puedan retirarse a los 60 años como los profesionales de otras actividades consideradas de riesgo como los bomberos o policías. 

El porcentaje de transportistas muertos en la carretera es dramático. Se trata del séptimo transportista que fallece en Euskal Herria en 2023; muere un transportista cada mes en las carreteras vascas.

El accidente se produjo por el cansancio acumulado o por algún problema de salud. La alta incidencia de dolencias y afecciones cardiovasculares debería ser tenido en cuenta por la Administración a la hora de fijar las prioridades de los programas de prevención y salud laboral. La Administración debería controlar también las prácticas irregulares que fomentan la precariedad y no diluir las estadísticas de accidentes de trabajo, considerando estos siniestros como muerte natural o accidente de tráfico.

A menudo estos hechos se deben a condiciones laborales precarias; las prisas y presiones de los clientes, el cansancio, los horarios ajustados, el estrés, las largas jornadas de trabajo, los salarios ajustados, en definitiva, las dificultades para descansar y conducir con tranquilidad, hacen peligrar la seguridad de los transportistas. Los transportistas reclaman condiciones dignas, su propia vida está en peligro. 

Todo ello es responsabilidad de las administraciones. Pero en lugar de tomar medidas para evitar y controlar las conductas irregulares en el sector, miran hacia el otro lado; les interesa el transporte barato para favorecer la economía. Deberían reforzar la inspección para evitar condiciones precarias y sancionar a quienes incumplan las normas.